Siguiendo los pasos de las mujeres romanas

El mes dedicado a la Mujer organizado por el Ayuntamiento de Astorga sigue su curso y finalizará este domingo 30 de marzo a las 18:30 en el Casino con las “Muyeres en Conciertu”. Pero siguiendo con el recorrido por el papel de la mujer a lo largo de la historia y este homenaje femenino, el pasado miércoles la Ergástula del Museo Romano fue el lugar elegido para hablar de “La mujer en la época Imperial Romana”.

Se ha querido volver la mirada hacia el mundo romano debido a la gran presencia de este período en la ciudad de Astorga y más porque  en este 2014, se cumplen treinta años desde que se comenzaran las excavaciones arqueológicas en la ciudad. La directora del Museo Romano y arqueóloga municipal, Mª Ángeles Sevillano, fue la encargada de introducir la jornada presentando aspectos poco conocidos en relación con el mundo romano y la vida en este período, especialmente en lo relacionado con la mujer.

La ponencia de Rosa María Marina, profesora del Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza y reconocida investigadora en cuestiones de género de esta etapa, analizó el papel de la mujer en la Antigua Roma centrándose en el siglo I d.C., que coincide con el comienzo del imperio, donde las mujeres, sobre todo de clase alta, están mejor reflejadas en la literatura.

Marina desgranó del papel de la mujer en esta etapa, sobre todo de aquellas que adquirieron un gran poder económico, ya que el político estaba limitado y vedado debido a la sociedad patriarcal que imperaba en la antigüedad clásica. A pesar de este modelo social, que fue más estricto en los primeros años de la República, se pasa a una cierta emancipación de la mujer aunque con muchas restricciones.

Las mujeres romanas podían heredar y manejar su propio dinero y, en gran parte de ocasiones, eran las que aportaban el linaje a su familia mediante el matrimonio y llegaron, algunas, a tener muy buena consideración aunque no libertad absoluta. Muchas se dedicaron a la medicina, los tejidos, la artesanía y sobre todo a la agricultura ayudando con su trabajo a la economía familiar.

La docente explicó que la sociedad romana era bastante liberal y que incluso el divorcio estaba permitido situando en tres la media de matrimonios. Se practicaba incluso el control de la natalidad con productos abortivos pero el “vientre era del marido” ya que las mujeres no podían elegir. Era el paterfamilias el que decidía si el niño se criaba o no.

Y es que en muchos aspectos, la sociedad romana de la que somos herederos persiste en la actualidad y ha llegado a nuestros días gracias a la literatura, una literatura eminentemente masculina ya que se han encontrado muy pocos documentos escritos por mujeres aunque se sabe que tuvieron su papel en la escritura y la filosofía.

En nuestra ciudad, aunque no está documentado debido a que los testimonios se han ido perdiendo por el camino, es posible que hubiera alguna mujer destacada, una mecenas o alguna sacerdotisa pero su legado, desafortunadamente, se ha borrado por la acción del tiempo y del olvido como ha pasado con otras tantas mujeres a lo largo de la historia.